Después de muchas dudas y un buen café matutino, me he decidido a escribir. El otro día leía cosas escritas de hace meses, incluso de antes del MIR, y las recordaba con emoción.
No me veía capaz de volver a escribir. No sé por qué... Claramente sigo yendo justo de fuerzas. Necesito hacer más deporte.
Pero al margen de fuerzas, estoy muy feliz. Trabajo en un hospital potente, con gente con ganas de esforzarse y con gusto por la Psiquiatría. Y en general, amables también.
Una de las cosas que más me han sorprendido de mí mismo es que gracias a las guardias de medicina he cambiado mi perspectiva con respecto a la medicina. Ahora tengo más ganas de saber. Más curiosidad por entender los procesos que pueden afectar a los diferentes órganos. Porque al ver pacientes he palpado la utilidad. He sentido la satisfacción de hacer un buen diagnóstico (a pesar de mi casi completa ignorancia en la práctica clínica), o del simple trato médico-paciente. Seis años a los que sólo atribuía sentido por el trámite que suponían para hacer psiquiatría, ahora se ven de forma diferente. Parece increíble. Tantos años de queja (interior, sobre todo; exterior también, por supuesto...), y ahora acepto humildemente mi fallo de percepción. Mi falta de miras grandes.
En fin. Que al margen de rollos, estoy contento. Me considero un afortunado por tener un trabajo para cuatro años. Y de momento, aparte del cansancio físico lógico del trabajo del día a día y las guardias, me siento dispuesto para seguir trabajando con ganas y esfuerzo.
De interés: residencia en Psiquiatría, Psiquiatría MIR, MIR Psiquiatría, Psiquiatra MIR, residente Psiquiatría, residentes Psiquiatría
