Hoy me he decidido a escribir, después de tanto tiempo... Uno nunca sabe qué cúmulo de circustancias pueden llegar a generar que uno escriba o no, pero el caso es que aquí estoy. Supongo que influye bastante tener menos tiempo para pensar y reflexionar, para escribir y rectificar, para reír y llorar... Todo parece algo más aséptico, si es que esa palabra sirve para definir la falta de emoción que a veces puede caracterizar la rutina. ¡Y eso que probablemente esta profesión sea de las menos rutinarias!
En fin, que al margen de todas estas disquisiciones psiquiátrico-psicológicas lo cierto es que quizás hoy es día para enviar un mensaje de ánimo para los que tenéis que decidir en breves. Supongo que algunos estaréis más nerviosos que otros. Yo he de admitir (sólo hace me falta releer mis escritos de hace un año para reafirmarlo) que esta época se me hizo dura. Probablemente más que la época del MIR, en que todo el tiempo parecía estar ocupado por estudio o bien por preocupaciones derivadas.
No deja de ser curioso que a pesar de todo, me siento bastante incapaz de dar buenos consejos para hacer de esta época algo mejor. Supongo que distraerse más hubiera sido lo ideal. Quizás mi falta de imaginación viene también causada porque hoy me encuentro bastante mal: estos días andaba con mucho dolor en las articulaciones de los dedos de la mano (creo que de tanto escribir informes) y por culpa de tantos ibuprofenos ahora mismo estoy con un dolor de estómago...
Paro. ¡Me propongo escribir con más asiduidad!
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