Hoy toca sincerada. Y así de paso este blog recupera su principal función, que es servir de espacio para liberar mis dudas, miedos, sentimientos y pensamientos que corren por mis neuronas, todo con el objetivo importante de no desfallecer antes de que llegue el MIR.
Últimamente he estado rallado porque nos subo de percentil. De todas formas, está claro que tengo que estudiar más y que si lo hago mejoraré. Así que me he de poner las pilas.
Uno de mis problemas importantes, que supongo ya comentaba en los inicios de este blog, es que no estoy convencido de absolutamente nada. He intentado aguantar el ritmo de estos seis duros años de medicina lo mejor que he podido, pero tengo claro que me ha desgastado. Y eso aún me genera más dudas, porque si empiezo la especialidad (que aún es más exigente) y sigo sin ilusionarme, el desgaste puede ser mortal...
También es cierto que sería mejor ponerme a pensar todo esto una vez haya finalizado el trámite que es el examen del MIR, pero soy incapaz: estos pensamientos me tienen bastante preocupado, y sobre todo me fastidiaría mucho hacer un esfuerzo tan grande como el MIR para que luego no hacer algo que me llene.
Constantemente me planteo si quizá me tendría que dedicar a otra cosa. Lo que más me gusta es la música y el arte en general. El otro día fui a ver la Sagrada Familia y escuchando al guía se me caía la baba. Me planteé que quizá me gustaría dedicarme a algo así.
Sé que me doy un poco vueltas a mí mismo, pero yo que sé... Lo necesitaba. Ponerlo por escrito me va muy bien. Propósito: seguir haciéndolo con frecuencia. Segundo propósito: hasta que no solucione todas estas dudas, seguir esforzándome por estudiar y "arrancar" puntos de donde pueda en los simulacros. ¡No puedo desfallecer!
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